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Ejercicio físico como alternativa (o complemento) a la medicación: beneficios para salud, rendimiento y prevención del cáncer

Por Train4Life • Actualizado: 21 de septiembre de 2025

En un mundo en el que muchas personas dependen de tratamientos farmacológicos para controlar enfermedades crónicas o para prevenir riesgos, el ejercicio físico emerge como una estrategia no solo de complemento, sino en algunos casos de alternativa viable —siempre bajo supervisión profesional—. Este artículo revisa la evidencia científica que respalda al ejercicio como herramienta terapéutica, con especial atención a sus efectos sobre la hipertensión, el metabolismo, la salud cardiovascular y la prevención del cáncer.

Dato clave: practicar actividad física de forma regular puede reducir la presión arterial, mejorar el metabolismo, reducir el riesgo de varios tipos de cáncer y, en muchos casos, disminuir la necesidad o la dosis de medicamentos.

1. ¿Por qué el ejercicio tiene efecto terapéutico?

El ejercicio físico activa múltiples mecanismos fisiológicos que mejoran la salud de forma global:

Por estos efectos, el ejercicio puede considerarse una “medicación natural” con múltiples beneficios, sin muchos de los efectos adversos de los fármacos, aunque no debe sustituirlos sin supervisión.

2. Evidencia en enfermedades cardiovasculares y metabólicas

Una revisión sistemática y meta-análisis de 93 estudios con más de 5.000 participantes evaluó el efecto del entrenamiento (aeróbico, resistencia, isométrico) sobre la presión arterial. Se observaron reducciones en la presión arterial sistólica (SBP) de hasta -8,3 mmHg y en la diastólica (DBP) de -5,2 mmHg en sujetos hipertensos. ([pubmed.ncbi.nlm.nih.gov](https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23525435/?utm_source=chatgpt.com))

Otra revisión concluyó que el ejercicio aeróbico modera la presión arterial diurna (‐3,2 mmHg en SBP y ‐2,7 mmHg en DBP) aunque no tanto durante la noche. ([pubmed.ncbi.nlm.nih.gov](https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23325392/?utm_source=chatgpt.com))

Estos efectos son clínicamente significativos: una reducción de pocos mmHg en presión arterial se asocia con un menor riesgo de ictus, eventos cardiovasculares y mortalidad. Esto posiciona al ejercicio como una estrategia útil en hipertensión leve o moderada, a menudo junto a la medicación.

3. Beneficios del ejercicio sobre la salud general y longevidad

Estudios en grandes cohortes muestran que niveles más altos de actividad física en el tiempo libre se asocian con una mayor esperanza de vida. En uno de ellos, personas que realizaban ≥22,5 MET-h/semana (aproximadamente 300-450 minutos de actividad moderada) ganaban hasta ~4,5 años de vida frente a personas inactivas. ([journals.plos.org](https://journals.plos.org/plosmedicine/article?id=10.1371%2Fjournal.pmed.1001335&utm_source=chatgpt.com))

Esto refuerza la idea de que el ejercicio no solo ayuda a “controlar” enfermedades, sino que promueve salud, prevención y calidad de vida.

4. Ejercicio y prevención del cáncer

La evidencia científica en esta área es cada vez más sólida. Un análisis que agrupó datos de 1,44 millones de adultos encontró que los niveles más altos de actividad física de ocio se asociaban con un menor riesgo de 13 de 26 tipos de cáncer, incluyendo esófago, hígado, pulmón, riñón, endometrio, colon y mama. ([pubmed.ncbi.nlm.nih.gov](https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27183032/?utm_source=chatgpt.com))

Por ejemplo, el riesgo de cáncer de esófago se redujo hasta un HR=0,58 (95% CI 0,37-0,89) para los más activos frente a los menos activos. ([jamanetwork.com](https://jamanetwork.com/journals/jamainternalmedicine/fullarticle/2521826?utm_source=chatgpt.com))

Otro estudio reciente analizó cantidad e intensidad del ejercicio en relación con 15 tipos de cáncer y encontró asociaciones significativas incluso en niveles recomendados (~7,5-15 MET horas/semana). ([pubmed.ncbi.nlm.nih.gov](https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31877085/?utm_source=chatgpt.com))

Estos hallazgos apoyan que el ejercicio debe integrarse en estrategias de prevención oncológica. Además, en personas ya diagnosticadas, estudios sugieren que la actividad física post-diagnóstico mejora la supervivencia. ([academic.oup.com](https://academic.oup.com/jnci/article-abstract/117/8/1689/8138213?utm_source=chatgpt.com))

5. ¿Cuándo considerar el ejercicio como «alternativa» a la medicación?

Aunque no siempre puede reemplazar la medicación farmacológica, existen escenarios donde el ejercicio físico puede jugar un papel central:

No obstante, siempre debe hacerse bajo supervisión médica o de un profesional del ejercicio, especialmente si ya se está bajo tratamiento, pues modificar o suspender medicación puede tener riesgos.

6. Recomendaciones prácticas para incorporar el ejercicio terapéutico

7. Conclusión

El ejercicio físico es una de las «medicinas» más poderosas que tenemos a disposición: segura, eficaz, accesible y con pocos efectos adversos. Su integración como alternativa o complemento al tratamiento farmacológico abre un amplio campo de acción para mejorar la salud, prevenir enfermedades (incluso cáncer) y promover la longevidad. Sin embargo, no debe usarse de forma irresponsable para sustituir medicación sin supervisión. El diálogo entre el paciente, el profesional de salud y el profesional de ejercicio es clave.

Ver referencias científicas completas

Referencias

  1. Moore SC, Lee IM, Weiderpass E, et al. Association of leisure-time physical activity with risk of 26 types of cancer in 1.44 million adults. JAMA Intern Med. 2016;176(6):816-825. DOI:10.1001/jamainternmed.2015.8541. (link)
  2. Matthews CE, Moore SC, Arem H, et al. Amount and intensity of leisure-time physical activity and lower cancer risk. J Clin Oncol. 2020;38(7):686-697. DOI:10.1200/JCO.19.02407. (link)
  3. Cornelissen VA, Smart NA. Exercise training for blood pressure: a systematic review and meta-analysis. J Am Heart Assoc. 2013;2(1):e004473. DOI:10.1161/JAHA.112.004473. (link)
  4. … (puedes añadir aquí más artículos específicos sobre ejercicio, diabetes, EPOC, etc.)